UNA CLASE MAGISTRAL ENTRE FLORES


NOTICIA DEL DIARIO VASCO

Un grupo de alumnos de 3º de Primaria de Dunboa disfrutó ayer de una clase al aire libre en la que, en vez de gramática o matemáticas, el tema tratado fue la jardinería. Estas semanas se están llevando a cabo las visita didácticas al vivero municipal de Ibarla, que están organizadas por el Servicio de Atención al Ciudadano del Ayuntamiento en colaboración con Goroldi, empresa de jardinería del Grupo Gureak. Las mismas se realizan también en noviembre, mes en el que son protagonistas las plantas de invierno.
Pero, en esta ocasión, los chavales pudieron admirar las flores más veraniegas de vivos colores: «Ésas son las que más me gustan», aseguraba Sara, señalando una hilera de tagetes amarillos y naranjas. Los alumnos aprendieron, no obstante, que para llegar a tener un aspecto tan esplendoroso es necesario mucho trabajo. Jaime Aperribay, responsable del vivero, les ofreció todos los detalles del proceso.
Como auténticos jardineros
El objetivo de esta iniciativa es, precisamente, que los escolares «vean que los jardines y parques no se crean por sí solos, sino todo lo contrario. De esta manera conseguimos que tengan un mayor respeto a los jardines y los sientan como suyos», comentaba la responsable de Relaciones con la Ciudadanía, Maite Cruzado.
Tal y como les explicó Jaime Aperribay a los estudiantes de Dunboa, las plantas más pequeñas son las que más cuidados precisan, por lo que al principio están en un invernadero cerrado «donde se regula la humedad y la temperatura». De allí, son trasladadas a un segundo invernadero abierto, que permite la entrada de aire. Finalmente, las flores maduras se trasplantan al terreno ubicado en el exterior, en el que los escolares disfrutaron del colorido de las alegrías, begonias y tagetes.
La visita también sirvió para despertar la vocación botánica en más de uno. Al término del recorrido, no pocos de los chavales aseguraban que les gustaría trabajar en un vivero de mayores. Imanol, uno de los más atentos durante la visita, recordaba al final de la misma que las plantas «tienen que pasar dos meses en el vivero» antes de decorar los jardines de la ciudad. Varios de los chicos coincidían en que les gustaría que hubiera más flores en Irun: «¡Estaría todo más bonito!», aseguraban Blanca, Andoni, Tamara y Ane.
El Tren Verde trasladó a los escolares de Ibarla a su siguiente destino, un terreno situado en la avenida de Elizatxo donde tuvieron ocasión de poner en práctica lo aprendido. Los técnicos municipales les enseñaron a plantar varias flores, si bien alguno ya tenía cierta experiencia en jardinería: «yo suelo ayudarle a la ama a regar las plantas en casa», contaba Irati. A modo de recompensa por el trabajo realizado, cada estudiante recibió una flor de regalo con su correspondiente ficha didáctica, que explicaba el mejor modo de cuidarla.

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